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MonsterHunters Capitulo 4

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4

Hipo podía sentir como su corazón daba saltos adentro de su cuerpo.

El recuerdo aterrador de la criatura lo hacía correr cada vez que quería detenerse, por más de una vez miro por encima de su hombro para asegurarse de que el monstruo no los estuviera siguiendo.

-¡Aquí!-le grito Kenai mientras lo agarraba del cuello de su sudadera y lo arrastraba hasta el interior de una casa.

Hipo apenas pudo mantenerse en pie cuando entro en el inmueble debido a la fuerza con la que lo habían lanzado, Kenai cerró la puerta y le echo seguro y después retrocedió, mirando a la puerta lleno de temor y tomando grandes bocanadas de aire.

-¿Estás bien?-le pregunto a Hipo.

El asintió con la cabeza pero su mirada decía todo lo contrario.

-¿Qué diablos era esa cosa?-pregunto Kenai.

-No… no lo sé-dijo Hipo-Nunca antes había visto nada como eso… Al menos no en la vida real.

-¿Cómo dices?

Hipo tomo aire antes de contestar.

-Trol-dijo por fin-Trol.

-¿Un trol?-respondió Kenai mirándolo con una expresión de "¿Hablas en serio?

-Si-Hipo-Al menos… eso creo, leí un libro sobre ellos y… eso que vimos se parece mucho.

-¿Y que hace un trol en Berk?

-¡No lo sé!-dijo Hipo con intensidad-¡Quiere unas vacaciones no lo sé! Espera. ¡¿Por qué estamos teniendo esta conversación?! ¡Los trolls no existen, son un mito!

-Sí, pues díselo a la cosa que dejamos atrás en el puente-replico Kenai, ya estaba recuperando el aliento-Si eso no era un trol ¿Qué era? ¿Un oso sobrealimentado? ¿O prefieres un gorila?

-Estaba muy oscuro…-comenzó Hipo-Tal vez nuestros ojos nos engañaron.

-No, no, yo sé lo que vi-Kenai-Lo que vimos Hipo, nuestros ojos no nos engañaron… Esa cosa era un monstruo.

Hipo se llevó ambas manos a las rodillas y se dobló, luego comenzó a dar grandes bocanadas de aire otra vez, sin mirar a Kenai le dijo:

-Okay, supongamos, por un momento que… Eso que vimos allá afuera es un trol…

-Aja.

-Ahora, imagina que se lo digamos a alguien… ¿Sabes en cuanto tiempo tardarán en llamar a los loqueros? Tú y yo estaremos con camisas de fuerzas antes de que puedas decir trol.

-Entonces busquemos pruebas-Kenai-Una cosa de ese tamaño no puede pasar desapercibida.

-¿Estás loco?-pregunto Hipo mientras se incorporaba, finalmente volteo a ver a Kenai-Por si no lo viste, esa cosa nos saca el doble de tamaño y fuerza; sería como entrar en la boca del lobo. Además, apenas logramos escapar, ¿porque quería regresar?

-Bueno-comenzó Kenai-Se me ocurren varias razones, ¿Qué te hace pensar que esa cosa no regresara?

Hipo se le quedo mirando fijamente.

-¿Qué dices?

-Piénsalo, una cosa de ese tamaño necesita mucha comida, ¿y de donde crees que la sacara?

-Bueno, he leído que los trolls comen de todo-dijo Hipo llevándose una mano a la barbilla-Incluyendo rocas, ovejas, cabras y… ¿Por qué estoy pensando en esto tan siquiera? ¡Es ridículo! Primero, los trolls no existen. Segundo, aun si existieran no es nuestro trabajo deshacernos de ellos; solo tenemos como quince años, ¿Qué podríamos hacer nosotros contra una cosa como esa?

-No lo sé-contesto Kenai-Pero… sea lo que sea que vimos allá afuera no va a irse a ningún lado Hipo… Y si regresa.

-Si regresa le diré a mi padre que traiga al ejército, a la marina, al Santo, a los Power Rangers, a Hellboy a quien sea.

-¿Tu padre?-pregunto Kenai levantando una ceja-¿Cómo conseguiría el llamar a todos esos?

-Porque es el alcalde.

Los ojos de Kenai se abrieron como los de un pez.

-¿Eres hijo de Estoico el Vasto?

Hipo iba a decir que si pero las palabras no salieron de su boca, así que termino inclinándose de hombros solamente y dándole una inocente sonrisa a Kenai.

-No puedo creerlo…. Pero, no se parecen en nada.

-La genética es extraña.

-Entonces eres primo de Patán…

-Por desgracia.

-Siempre hace trampa en los partidos de futbol de la escuela, no es muy amigable que digamos.

-Hablando de trolls-respondió Kenai con una sonrisa.

Ninguno de los dos pudo evitar reírse.

-Por cierto, creo que no nos presentamos correctamente-Kenai le ofreció su mano a Hipo-Kenai.

Hipo le estrecho la mano.

-Hipo.

-Wow, no puedo creer que de verdad este hablando con el hijo del alcalde de Berk, y que vaya a la misma escuela que el… De hecho ni siquiera sabía que tenía un hijo.

-Si… bueno el no habla mucho sobre mí.

-¿Por qué?

Hipo no le respondió, simplemente miro hacia el otro lado.

-Oh, entiendo.

-Oye, por cierto… ¿Dónde estamos?

-Oh si por supuesto, bienvenido a mi hogar Hipo.

Hipo miro alrededor, estaban en un pasillo y a su lado derecho se encontraba una salta, tres muebles acomodados alrededor de una mesita en el centro y una televisión enfrente.

También vio que había varias fotografías familiares colgadas de las paredes, en las que Kenai estaba con sus padres, sus abuelos y dos niños que parecían ser mayores que él.

-De seguro debe ser una morada humilde para el hijo del alcalde ¿no?

-Para nada-contesto Hipo sin dejar de mirar alrededor-Mi casa no es muy diferente.

-¿Qué? Y creí que a ustedes los ricos les gustaba vivir en mansiones con cientos de mayordomos, y con una piscina y una cancha de tenis en el patio trasero.

Hipo se rio y miro a Kenai a los ojos.

-No, los Abadejos siempre hemos sido muy humildes.

Kenai hizo un movimiento con la cabeza, indicándole a Hipo que lo siguiera a la cocina, este asintió con la cabeza y comenzó a seguirlo por el pasillo, la puerta que estaba al final daba a la cocina.

Kenai abrió el refrigerador que estaba contra la pared y saco dos latas de Coca Cola, le dio una a Hipo y se quedó con la otra.

-¿Los Abadejo humildes?

-Bueno, mi padre cree que el sufrimiento forja el carácter, ha de ser por culpa de nuestra sangre, supongo.

Kenai lo miro sorprendido.

-¿A qué te refieres?

-Bueno, es que tengo sangre Vikinga, nuestros ancestros fueron Vikingos y mi padre honra sus tradiciones, y el carácter-Hipo se rio-De hecho me puso Hipo porque cree un nombre malo alejara a los trolls y eso.

-Pues lamento decírtelo pero al parecer eso no fue de mucha ayuda hoy.

Hipo ignoro el comentario, ya que quería olvidar el encuentro con la bestia, y continúo.

-De hecho el nombre Berk fue sacado de una isla Vikinga de hace muchos años. A pesar de todo no hemos olvidado nuestras costumbres.

-Eso es bueno-dijo Kenai dándole un trago a su bebida, luego saco de su camiseta una piedra que llevaba colgada del cuello, Hipo se acercó para darle un vistazo y vio que tenía forma de oso-Es un tótem.

-Lo veo-dijo Hipo.

-Como tú dices, a pesar de todo no hemos olvidado nuestras costumbres.

-Interesante-Hipo-¿Tú eres…?

-Mi familia y yo venimos de una tribu esquimal-contesto Kenai, volviendo a guardar el tótem dentro de su camiseta.

-Oh, pensé que eran asiáticos, ya sabes por los rasgos y eso…

-Sí, pasa muy seguido-contesto Kenai recargándose en la mesa del centro-Dejamos la tribu hace unos años para poder vivir aquí y nos hemos adaptado, pero nunca olvidamos de dónde venimos.

-Eso es bueno-contesto Hipo-Y eres algo popular en la escuela.

Kenai se encogió de hombros y sonrió, pero luego su sonrisa se hizo una mueca.

-¿Notaste como pasamos de hablar del ataque de una bestia salvaje a platicar de nuestras costumbres y eso?

Hipo se encogió de hombros, ahora ya no podría evadir la plática.

-Supongo que solo quería olvidarlo-admitió-Fue aterrador.

-Sí, lo sé, pero… No sé, siento que no podemos dejarlo así como así.

Hipo dejo salir un largo suspiro.

-Yo también siento que está mal pero… ¿Qué podemos hacer?

Kenai se encogió de hombros.

-¿Sacarlo al sol?

Hipo soltó una risa sarcástica.

-Buena idea, muy buena idea.

-No lo sé, intento ser creativo.

.

Hiro estaba cortando verduras en la diminuta cocina en el pequeño apartamento que compartía con su tía, después de las clases su tía lo había recogido de la escuela y habían ido al supermercado para abastecerse.

Durante toda la escuela se había juntado con Lilo y Vanellope y las cosas habían estado tranquilas, en efecto parecía que Los Hijos del Diablo si le tenían miedo a Lilo, incluso Hiro admitía que le daba algo de miedo, mientras que Vanellope le había parecido una linda chica, algo excéntrica como Lilo pero no tan aterradora, además le agradaba su personalidad y su energía.

-¿Y bien, hiciste amigos hoy?-le pregunto su tía mientras tomaba la tabla de madera donde Hiro había estado cortando, luego hecho las verduras en una olla con agua hirviendo.

-Bueno, conocí a dos chicas… fueron agradables.

-Oh, ¿y eran lindas?-pregunto su tía volteándose a mirarlo sonriendo, Hiro no pudo evitar sonrojarse.

-No, bueno eran algo pero… no en ese sentido tía.

Su tía rio y le puso una mano en el hombro.

-Está bien mi cielo, es bueno ver que estás haciendo amigos-dijo ella antes de caminar fuera de la cocina.

Hiro sonrió y después reposo ambas manos en el umbral de madera que separaba la cocina de la sala, al menos Vanellope y Lilo lo habían hecho olvidar el dolor que sentía por la muerte de Tadashi, aunque no había durado mucho ya que el dolor se iba pero siempre regresaba, Hiro se llevó ambas manos a la cabeza, le dolía pensar en ello.

Hasta se llamaba a si mismo sadomasoquista por torturarse con el recuerdo una y otra vez, los buenos momentos que había pasado junto con su hermano le daban dolor pues jamás volvería a tener esos alegres momentos junto a él, el recuerdo de cuando su tía le había comunicado la tragedia hacia que recordara como el mundo se le había caído a los pies.

Absorto en sus pensamientos, no se fijó en el extraño ruido que provenía del fregadero, como si algo intentará salir, algo grande.

Sin embargo Hiro no lo noto en cuanto alguien llamo a la puerta de entrada.

-¡Hiro atiende por favor!-le dijo su tía desde el baño.

-Estoy en ello tía Cass.

Hiro dejo la cocina y camino hasta la puerta de entrada, la abrió y vio que enfrente de él había una gran cesta de frutas envueltas en papel plástico.

La cesta era sostenida por un muchacho, tenía casi la misma estatura que Hiro, solo le ganaba por unos pequeños centímetros, moreno, con el cabello negro y los ojos de color café.

Vestía una playera roja y unos pantalones negros, con tennis de color blanco.

-Hola soy Mowgli, mi familia y yo vivimos a unas puertas de distancia y mi mama les preparo esto-dijo extendiendo la canasta hacia Hiro-Un regalo de bienvenida.

-Oh gracias-dijo Hiro tomando la cesta con ambas de sus manos, mientras hacía un esfuerzo para no caerse, pues la cesta era muy grande para el-Muy amable.

-No es nada, un regalo de bienvenida-contesto Mowgli sonriendo-¿Son nuevos verdad?

-Si-respondió Hiro-Acabamos de mudarnos, ¿Y tú?

-Yo… ya llevo algún tiempo viviendo aquí.

-No te vi hoy en la escuela.

-Oh sí, eso, es que falte hoy, no me sentía muy bien.

Mowgli solo sonrió y se encogió de hombros.

-Bueno, faltar el primer día es a veces un mal augurio.

-A veces-rectifico Mowgli.

Hiro no respondió y dejo la cesta en el umbral, luego fue de nuevo a la puerta, donde Mowgli seguía parado admirando el apartamento de Hiro, que era muy igual al suyo, las paredes de color blanco y el piso de un azulejo cuadrado.

-Bueno, muchas gracias por el regalo…-las palabras de Hiro fueron interrumpidas cuando un extraño sonido vino del fregadero, Hiro se volteó hacia la cocina y se escuchó de nuevo.

Era como si algo grande estuviera tratando de entrar al apartamento por medio de las tuberías.

-Eso es nuevo-comento Hiro-¿Pasa muy seguido?

-De hecho ha estado ocurriendo mucho estos últimos días, mi papa llamo al fontanero pero aún no ha venido.

-Eso no lo incluía en el contrato-dijo Hiro.

Mowgli se rio.

-Hay muchas cosas que no dicen en el contrato.

-Ya me imagino.

-Bueno, creo que eso es todo-dijo Mowgli despidiéndose-Supongo que te verá mañana…

-Hiro, Hiro Hamada.

-Mucho gusto Hiro.

Y con eso Mowgli se fue, mientras que Hiro cerró la puerta, luego miro de nuevo hacia el fregadero; ya no se escuchaba el sonido pero a Hiro aún le daba una extraña sensación, solo esperaba que no fueran ratas…

.

Después de visitar a Hiro, Mowgli camino hasta su apartamento, que era el número 16, el de Hiro era el 14, los números estaban marcados en dorado en las puertas de color verde, el piso estaba cubierto por terciopelo verde oscuro, mientras que afuera de las puertas había una lámpara pegada a la pared para iluminar en las noches.

Mowgli llamo a la puerta de su apartamento y le abrió su madre adoptiva, su segunda madre adoptiva, Messua, una hermosa mujer con piel morena, ojos cafés, gran cabello negro y un pequeño punto rojo en su frente.

-Hola ma-dijo Mowgli.

-Hola cariño, ¿Cómo te fue?

-Bien-dijo Mowgli pasando, su casa era como la de Hiro solo que la entrada a la cocina estaba tapada por una cortina de color morado.

En la sala, frente al televisor estaba sentado el hermano menor de Mowgli, Ranjan, de doce años de edad, tenía el cabello negro y los ojos cafés, al igual que su piel, vestía un pantalón de color azul claro y una playera blanca, iba descalzo.

-Aceptaron el regalo con gusto-aseguro Mowgli, fue a sentare al sillón de la sala, enfrente del sillón estaba una mesa de cristal con una pecera encima de ella, y luego estaba el televisor-¿Qué ves Ranjan?

-Una película de monstruos-dijo su hermana volteándolo a ver-Es muy vieja, es sobre unos científicos que van al Amazonas a buscar a un monstruo, pero el monstruo se enamora de una científica y ahora va detrás de ella.

-Oh cool-dijo Mowgli poniendo su atención en la película en blanco y negro.

-¡Mowgli!-la voz de su padre adoptivo resonó desde el baño, se estaba dando una ducha y tenía la puerta cerrada, de ella salía todo el vapor-¡Que no se te olvide sacar la basura!

-¡Ah!-dijo Mowgli dejándose caer en el sofá.

-Mowgli, obedece a tu padre-le dijo Messua.

-Está bien-respondió Mowgli, con un poco de mala gana.

Camino hasta la cocina y tomo la gran bolsa negra del bote de basura, luego le hizo un nudo y salió de su apartamento.

.

Mowgli fue hasta el callejón detrás del apartamento, el apartamento era de color rojo-anaranjado, mientras que el suelo del pavimento era negro, y de las alcantarillas salía niebla, las calles solo estaban iluminadas por la débil luz de los faros; ahí contra la pared estaba el contenedor de basura color verde, Mowgli abrió la tapa y luego echo la bolsa, que pareció golpear unas cuantas botellas pues hizo un sonido como de vidrio rompiéndose.

Luego Mowgli se limpió las manos con su playera y se volvió para entrar de nuevo al edificio, cuando de repente la tierra comenzó a temblar y Mowgli por poco se cae, por suerte logro sostenerse tomando la pared del apartamento, se quedó quieto un momento tratando de recuperarse del susto cuando la tierra tembló de nuevo, y luego se escucharon unos grandes pasos, el bote de basura cayó al suelo y todo tipo de basura, envolturas de papas y caramelos, botellas de plástico y vidrio, cartones de leche, cascaras de bananas y naranjas llegaron a los pies de Mowgli, pero eso no fue lo que más les preocupo; sino fue la enorme figura humanoide que salía de las sombras.

Mowgli retrocedió asustado mientras que la figura se acercaba más y más, era el mismo trol que Hipo y Kenai habían visto hace tan solo unos momentos, ahora estaba buscando comida.

Mowgli quedó aterrado por la bestia, pues era enorme y estaba avanzando hacia él, en la acera estaba estacionado un coche y el trol lo como con una sola mano, lo levanto y le quito una llanta, luego comenzó a masticarla mientras dejo caer el coche al suelo.

Mowgli grito asustado y la bestia volteo a verlo, escupió los restos de la llanta y comenzó a caminar hacia Mowgli, este cayó al suelo y empezó a arrastrarse por el suelo para escapar, pero los grandes pasos del trol no se lo permitían.

Mowgli miro hacia todos lados buscando algo con que defenderse, pero no vio nada, el trol llego hasta él y agacho su cabeza para mirarlo mejor, luego comenzó a olfatearlo, Mowgli cerró los ojos mientras sentía la cálida y apestosa respiración del trol encima de él.

El trol no podía identificar el olor de aquel pequeño sujeto, pero parecía como aquellos otros dos que lo habían molestado hace rato cuando había salido de su guarida, pero en fin, no sabía lo que era ese extraño pequeño pero de seguro sabía bien, o al menos eso es lo que esperaba.

Así que se preparó para atraparlo cuando escucho un horrible sonido, una campana y luego una de esas horribles canciones…

Mowgli abrió los ojos al escuchar esa canción, debía ser en otro idioma pues no la comprendía pero si entendía el sonido de la campana, vio detrás de él y ahí estaba…

Un caballero, vestía una armadura de metal, con todo y casco, en su cintura tenía un cinturón y ahí tenida atado lo que parecía ser una escopeta y una espada; Mowgli no sabía si tenerle más miedo al caballero o al trol.

El caballero mantenía tocando la campana mientras seguía cantando, el trol lo miraba fijamente, hizo una mueca y mostro sus putrefactos y desacomodados dientes, luego lanzo un rugido y se abalanzó sobre el caballero, pasando por encima de Mowgli, de milagro no lo aplasto.

El caballero se puso en posición de pelea y desenfundo su escopeta, pero en vez de disparar balas esta dejaba salir una potente luz ultravioleta, esta le dio al trol en la cara que lo hizo retroceder mientras gritaba furiosa. El caballero se acercaba cada vez más y más al trol mostrándole la luz, mientras que de la piel del monstruo comenzaba a quemarse, el trol gritaba furioso, el caballero desvaino su espada y se acercó al monstruo.

Mientras tanto Mowgli se había escondido detrás en la esquina del edificio, sin embargo aún asomaba su cabeza para ver lo que pasaba, el caballero se acercaba cada vez más y más al trol con su espada en alto, sin embargo el trol le dio un golpe al caballero que lo mando a volar contra la pared, se estrelló y cayo inconsciente al suelo.

Mowgli ahogo un grito mientras veía a la enorme bestia caminar hasta el caballero, la espada y la luz habían quedado en el suelo a metros del caballero, mientras que el trol no parecía reparar en las armas, tomo al hombre y mordió su cabeza, pero el casco funciono bastante bien pues el trol miro furioso la cabeza que no cedía ante sus dientes.

Mowgli cerró las manos en puños, no podía quedarse ahí parado sin hacer nada… aunque estaba muerto de miedo.

Vio la pistola de luz y recordó lo incomodo que el trol parecía haber estado cuando la luz lo toco, así que corrió hacia ella, la tomo del suelo y apunto al brazo de la bestia, esta volvió a gritar y cubrió su cabeza con un gran mano; entonces su mano se volvió de piedra y luego avanzó hasta su brazo, el trol grito con todas sus fuerzas y en ese preciso instante el caballero se levantó y tomo su espada, con un solo golpe encesto en el brazo de la bestia, este se hizo añicos y cayó al suelo como un montón de escombro.

El trol grito nuevamente y emprendió la retirada, pero antes logro darle un último golpe al caballero que lo mando directo al suelo; luego la bestia emprendió la huida.

Mowgli se quedó petrificado, sosteniendo el arma en su arma en alto, por si al trol se le ocurría volver, pero después sus pensamientos fueron interrumpidos por un gemido del caballero.

Mowgli tiro la pistola al suelo y corrió hasta el hombre, el pobre estaba en el suelo y trataba de ponerse en pie, pero estaba muy débil, el chico se arrodillo junto a él, y entonces lo vio.

El casco de la armadura tenía forma de cilindro, además tenía ojos y boca, aunque eran oscuros al igual que la noche, además de que la armadura estaba sucia, llena de abolladuras, rasguños y golpes; Mowgli pudo ver que de la boca salía sangre y estaba escurriendo hasta el pecho.

Mowgli puso el brazo del caballero en su hombro y luego trato de levantarlo pero no pudo, el hombre era muy pesado, y el hecho de que estuviera usando una armadura de metal no ayudaba en nada.

Mowgli no pudo hacer más que agacharse para que el hombre no se cayera de golpe.

-No se preocupe-dijo en voz baja-Voy a traer ayuda.

.

De vuelta en la casa de Kenai, él e Hipo seguían discutiendo sobre qué hacer respecto al asunto del trol cuando Kenai recibió un mensaje.

Sacó del bolsillo de su pantalón su celular, que tenía una funda con forma de oso, Hipo la vio y no pudo evitar reírse.

-¿En serio?-pregunto.

Kenai solo se encogió de hombros y desbloque su celular, luego leyó el mensaje que le había llegado y la piel se le puso blanca.

-¿Qué pasa?

-Un amigo… que… necesita ayuda.


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© 2016 - 2024 Writer65
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